LEPIS MAGNA
DATOS:
Perteneciente en un primer momento a la República de Cartago para luego pasar a manos del Imperio Romano, la ciudad magníficamente conservada de Leptis Magna (situada en la actual Libia, cerca de Trípoli) es uno de los mejores tesoros arqueológicos que posee la Humanidad.
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Declarada como Patrimonio de la Humanidad en el año 1982 por la Unesco, su fundación le corresponde a los fenicios en torno al año 1100 a.d.C.; sin embargo, no llegaría a alcanzar cierto grado de notoriedad hasta caer bajo dominio cartaginés (dominio que se extendería hasta la Tercera Guerra Púnica, en el 146 a.d.C.), período durante el cual se convertiría en una de las grandes potencias del Mediterráneo.
Siendo ya parte del Imperio Romano, dentro de la llamada Provincia Africana, Leptis Magna llegaría a ser un importante punto comercial y una de las ciudades a la cabeza del África romana. En este sentido, su mayor apogeo lo tendría bajo el mandato del emperador natal Lucio Septimio Severo quien, como oriundo de la misma, tuvo a la ciudad como una de sus favoritas y la llenó de regalos en forma de riquezas y de construcciones: Leptis Magna alcanzaría tal nivel que podría mirar cara a cara a otras grandes metrópolis de la época, como Alejandría o Cartago.
Embellecida de este modo con sus grandes monumentos públicos, su puerto artificial, su mercado, sus almacenes, sus talleres y sus barrios de viviendas en la actualidad sus ruinas siguen vibrando de hermosura y de vida. Por ejemplo, su gran puerto todavía existe, así como impresionantes edificios se conservan casi intactos, como el anfiteatro o las Termas de Adriano, las de mayor tamaño que existen fuera de Roma.
También forman parte de este imponente conjunto el Arco de Septimio Severo, entre el Cardo y el Decumano, con sus 20 metros de altura y sus 2000 toneladas; las Termas de la Caza (conservadas casi como eran en el siglo II), el Foro Severino o su espectacular teatro que mantiene en pie casi todos los elementos del frente escénico y su espectacular pórtico de columnas.
Año de inclusión en la lista de Patrimonios: 1982
Localización: Cerca de Trípoli
País: Libia
Otros Patrimonios en África: Patrimonios de la Humanidad en África
http://patrimoniosdelahumanidad.com/2011/12/12/leptis-magna-en-libia/
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HISTORIA:
En las afueras de Trípoli, capital de Libia, se alza uno de los mayores tesoros arqueológicos del norte de África: las ruinas de Leptis Magna, una ciudad romana magníficamente conservada, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1982.
Las arenas de Libia guardan algo más que los depósitos de gas que han hecho rico al país. Su otro gran tesoro se llama Leptis Magna y es una de las ciudades romanas más bellas y mejor conservadas que existen, lo que movió a la Unesco a declararla Patrimonio de la Humanidad en 1982. Fundada por colonos fenicios en el s. XI a. C., Leptis era cartaginesa antes de integrarse en el Imperio Romano a partir de 23 a. C., cuando se convirtió en una de las tres polis que formaron el distrito de Tripolitania y acabaron dando nombre a la actual Trípoli, en cuyas cercanías está situada.
En el año 103, el ascenso al trono imperial de Septimio Severo, que había nacido en Leptis, hizo de ella una de las princi pales ciudades del África romana, con 100.000 habitantes y gran actividad comercial. Pero en el siglo V cayó en manos de los vándalos y después quedó deshabitada y olvidada hasta que los arqueólogos la descubrieron a inicios del siglo XX.
Hoy quienes tengan la suerte de visitarla se encontrarán al borde mismo del Mediterráneo con unas fantásticas ruinas y algunos edificios espectaculares casi intactos, como el anfiteatro o las Termas de Adriano, las más grandes que existen fuera de Roma. Leptis Magna se articula en torno a dos vías principales, la Decumanus Maximus y la vía Cardo. En la intersección de ambas alza sus 20 m de altura y 2.000 toneladas de mármol el Arco de Septimio Severo, construido para celebrar la visita en 203 de ese emperador que aparece representado junto a su familia en un altorrelieve del friso.
El Nuevo Foro Severino era el centro de la vida civil y política de Leptis. Se construyó según el modelo de los Foros de Roma, con una plaza central de una hectárea pavimentada con distintos mármoles traídos de diversos lugares del Imperio: rosa de Asuán, verde de Argelia, gris de Asia y blanco de Italia. Al norte de la ciudad se sitúan las llamadas Termas de la Caza, por las escenas de combates entre gladiadores y leopardos representadas en los frescos que decoran las paredes. El edificio, conservado casi como era en el s. II, permaneció enterrado bajo la arena hasta que el arqueólogo italiano Guidi lo descubrió en 1930. La otra gran joya de Leptis Magna es el espectacular teatro, construido bajo el patrocinio del magistrado y mecenas local Annobal Tapapius Rufus, que aún muestra casi intactos todos los elementos del frente escénico y un impresionante pórtico de columnas.
http://www.muyinteresante.es/leptis-magna-la-roma-de-las-arenas
http://www.libia.es/p1916_leptis_magna.aspx
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Frente al Mediterráneo, envueltas por las dunas del desierto del Sahara, encontramos las ruinas de Leptis Magna, una de las urbes más importantes del Imperio Romano en África. Estas impresionantes ruinas están consideradas como unas de las mejores conservadas del mundo, gracias a ello la UNESCO las declaró Patrimonio de la humanidad en 1982.
Los mercaderes fenicios llegaron a la zona atraídos por la fertilidad de su suelo y el posible comercio de oro, marfil y esclavos con el interior del continente. Fue fundada en 1100 a.C, por los mismos fenicios, junto con otras 2 ciudades, Sabratha y Oea. Las tres urbes formarían la región de los emporios (o de los comercios), y en concreto Leptis Magna se perfilaría durante casi 2 siglos como la ciudad más importante de África. Tras la Tercera Guerra Púnica en 146 a.C, la ciudad pasaría a formar parte de la República Romana, y en poco tiempo se convertiría en un gran centro comercial del imperio.
La riqueza del lugar se basaba en el comercio de oliva y trigo, así como una pujante industria. Esto haría de la urbe un lugar idóneo para el paso de mercaderes, compradores y vendedores, transacciones que le proporcionaron poder suficiente para lograr construir grandes monumentos.
Quizá su etapa más importante está relacionada con Lucio Septimo Severo, primer emperador romano de origen norteafricano que nació en la misma ciudad. Severo adoraba su tierra natal, por este motivo la dotó de gran riqueza y construcciones monumentales, inversiones que se tradujeron en una impresionante ciudad capaz de competir con Cartago y Alejandría. El emperador ordenó construir un foro, una nueva basílica, modernizó por completo la ciudad y levantó una columnata cerca de los baños de Adriano. Durante estos años del imperio la ciudad llegaría a tener 100.000 habitantes, los cuales estaban tan agradecidos que decidieron construir un impresionante arco de 2.000 toneladas de mármol (arco de Septimo Severo) con increíbles relieves, ejemplo del arte de los Severos. Este arco, el cual se encuentra actualmente en un estado de conservación excepcional, fue construido para celebrar la visita del emperador y su familia en el años 203, lo cual deja patente el amor que la ciudad sentía también por el emperador.
En la Crisis del S. III el comercio del imperio se vio duramente afectado, y junto a este Leptis Magna también entró en declive. La ciudad fue en parte abandonada, y en el año 439 tanto ésta como las demás ciudades de Tripolitania cayeron en manos de los vándalos. Los nuevos inquilinos realizarían verdaderos saqueos a la ciudad. Su rey Genserico mandaría destruir la muralla para disuadir al pueblo de posibles rebeliones frente a sus opresores.
Posteriormente fue reconquistada por Belisario en nombre del Imperio Bizantino, pero Leptis Magna ya no llegaría a recuperarse jamás del duro golpe de la invasión de los vándalos. Finalmente, en la conquista árabe sobre el año 650, la ciudad ya estaría totalmente abandonada y entraría en el olvido.
El tiempo y el desierto enterraron estas ruinas, junto a muchas otras procedentes del Imperio Romano en África. Y fue en 1686 cuando el Consul de Francia, Claude le Marie realizó un gran expolio de la zona para retirar columnas y mármoles que serían utilizados en el palacio de Versalles.
Un poco más tarde, en 1911, tuvo lugar la primera actuación científica en la zona. Gracias a las excavaciones se descubrieron varias ciudades de Libia, entre ellas Leptis Magna, y fue entonces cuando comenzamos a descubrir realmente la verdadera relevancia de esta impresionante urbe. Quien tiene oportunidad de visitar las ruinas queda impresionado por la magnitud de sus monumentos y el perfecto estado de conservación que nos hace transportarnos a la época mientras caminamos por sus grandes vías.
Últimos descubrimientos
En el año 2000 se descubrieron cinco mosaicos con un total de casi 30 pies de largo. Eran originarios de los siglos I y II, y decoraban las paredes de una piscina de agua fría en una casa de la ciudad. Este mosaico está considerado como una de las muestras más finas de mosaicos comparable en calidad al mosaico de Alejandro Magno en Pompeya.
http://www.yamelose.com/arqueologia/leptis-magna-el-desierto-romano-de-africa.html
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Gadafi, el último emperador romano
El régimen del déspota libio presenta varias similitudes con el imperio de Lucio Septimio Severo, que nació y gobernó en el país árabe
MAYTE CARRASCO ENVIADA ESPECIAL 18/04/2011 07:00
Las ruinas de Leptis Magna se atisban a lo lejos, tras el arco de la Victoria y bajo un cielo limpio salpicado de nubes bajas. De fondo se oye el sonido de los cazas de la OTAN, sobrevolando Misurata, a 90 kilómetros. El azul del mar Mediterráneo baña la llamada Roma de África, de incalculable valor histórico y ahora desierta de turistas. Es la villa natal del Gadafi romano, Lucio Septimio Severo, el único emperador (193-211) romano nacido en Libia, conocido por su carácter dictatorial y al que se le reconocía por esa túnica similar a la que viste el coronel en sus excéntricas apariciones.
Las similitudes entre los dos líderes libios son sorprendentes. El emperador ejecutó a docenas de senadores bajo acusaciones de corrupción y conspiración, creó un círculo de fieles y su propia guardia personal. Llegó al poder tras participar en una rebelión y fundó una dinastía que perpetuaron sus hijos, Caracalla y Geta. El objetivo de Muamar Gadafi es asegurar la sucesión con su hijo Saif al Islam.
"La caída del Imperio romano y un fuerte terremoto acabaron con la historia de Leptis Magna", explica el guía turístico. La pregunta contemporánea es cómo y cuándo se derrumbará el imperio de Gadafi y sus acólitos, atrincherados en Bab al Aziziya, el complejo residencial del líder libio en Trípoli. "Es cuestión de tiempo, el régimen se colapsará desde dentro. Cada vez son menos los apoyos, se nota en el ambiente", asegura Muhamed, que estudió en el extranjero, pero que es ahora camarero en un restaurante.
La vida cotidiana se ha deteriorado para los ciudadanos bajo control del régimen, aunque todavía no han llegado a un punto extremo de ahogo. Las colas en las gasolineras son la única señal de que algo empieza a faltar. En el oeste del país, de Zuara a Misurata, los libios esperan durante horas para conseguir combustible. La única refinería bajo control de Gadafi no produce lo suficiente para el consumo de los habitantes de la zona en la que el verde es un color omnipresente; los controles de las milicias crean atascos en las carreteras y las fotos del dictador forman parte del paisaje en edificios de viviendas, chapas en las solapas, decoración en los coches.
Cada vez son menos los seguidores que salen a la calle en las concentraciones de Bab al Aziziya o en las apariciones del líder. "La gente está asustada. Empieza a acumular en casa dinero en metálico por si cierran los bancos", dice Jalal, un vendedor de recuerdos, "aunque no confiamos en los del Este, siempre hemos sido muy diferentes". Es una opinión generalizada en Trípoli, donde no se fían del Consejo Nacional Libio, el autoproclamado Gobierno rebelde en Bengasi. En la opinión de todos ellos influye la propaganda del régimen, que señalan a Al Qaeda como responsable de la revolución. También desconfían de los extranjeros que bombardean la capital.
Listos para atacar
Un empleado del régimen sufrió un ataque en su casa, donde destrozaron los muebles, señal de una pequeña venganza que hace presagiar malos tiempos para los que están cerca del poder. "Todo está listo para salir a la calle. Sólo nos faltan armas, pero estamos listos para cuando llegue el momento", asegura un opositor tripolitano que no quiere dar su nombre. Imposible saber cuántos son los que apoyan a Gadafi o cuántos le odian, dado el férreo control que ejerce el régimen sobre la prensa extranjera que no puede moverse con libertad.
En un cartel a la entrada de un hotel pueden verse fotografías de las "víctimas de los cruzados bárbaros". Lenguaje ancestral utilizado en el siglo XXI por el régimen y que encuentra también similitudes con Septimio Severo, que tuvo que defender en sus últimos años de reinado las fronteras de los ataques de los bárbaros, que ponían en peligro la integridad territorial del Imperio.
¿Acabará el régimen dictatorial de Muamar Gadafi como el del emperador romano? Según los historiadores, Lucio Septimio Severo fue amado por el pueblo hasta el final de sus días.
http://www.publico.es/internacional/371781/gadafi-el-ultimo-emperador-romano
http://www.artehistoria.jcyl.es/civilizaciones/lugares/200.htm
http://www.livius.org/le-lh/lepcis_magna/arch_severus2.html
http://blog.destinia.com/leptis-magana
Leptis Magna, o Lepcis Magna, fue una ciudad importante de la república de Cartago, y posteriormente, del Imperio romano. Sus ruinas están ubicadas cerca de Trípoli en Libia. Han sido declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, en el año 1982.
Historia
La ciudad fue fundada por colonos fenicios alrededor del 1100 a. C., aunque no alcanzó importancia hasta que Cartago se convirtiera en una potencia del Mar Mediterráneo en el siglo IX a. C. Siguió siendo parte de Cartago hasta el final de la Tercera Guerra Púnica en el 146 a. C., y se convirtió en parte de la República romana, aunque ya desde el 200 a. C. se consideraba como una ciudad independiente.
Siguió perteneciendo a Roma hasta el reinado del emperador Tiberio, cuando Lepcis Magna y el área vecina se incorporaron formalmente al imperio como la provincia romana de África. En poco tiempo se convirtió en una de las ciudades líderes del África romana y en un centro comercial importante.
Lepcis Magna llegó a su apogeo a principios de 193 con el ascenso al trono imperial de Lucio Septimio Severo, quien era oriundo de la ciudad. Como emperador romano la tuvo como su favorita entre todas las ciudades provinciales, ya que con todas las construcciones y riquezas con que dotó a la ciudad, hizo de ella una de las más importantes ciudades de África, llegando a ser rival incluso de Cartago y Alejandría. En el 205, él y su familia visitaron la ciudad y fueron recibidos con grandes honores.
Durante la crisis del siglo III, cuando el comercio entró en declive, la importancia de Lepcis también sufrió y ya para mediados del siglo IV, gran parte de la ciudad había sido abandonada. Durante el reinado de Teodosio I gozó de un pequeño renacimiento.
En el 439, Lepcis Magna y las demás ciudades de Tripolitania cayeron bajo el dominio de los vándalos cuando su rey Genserico conquistó Cartago a los romanos y la hizo su ciudad. Por desgracia, el rey mandó a destruir las murallas de la ciudad para disuadir al pueblo de rebelarse contra el dominio vándalo. El resultado fue que en el año 523, un grupo de bereberes saqueó la ciudad causando daños a los vándalos y a la población.
Belisario reconquistó Lepcis Magna en nombre del Imperio bizantino diez años más tarde y en el 534 destruyó el reino de los vándalos. Lepcis pasó a ser capital provincial del Imperio bizantino, pero nunca se recuperó de la destrucción causada por los bereberes. Ya para la conquista árabe de Tripolitania en los 650, la ciudad había sido abandonada salvo por una guarnición bizantina.
Hoy día, las ruinas de Lepcis Magna son de las más impresionantes del período romano.
Nuevos descubrimientos
En junio de 2005 se hizo público que los arqueólogos de la Universidad de Hamburgo que trabajaban en la costa de Libia, habían descubierto cinco mosaicos con un total de casi 30 pies de largo. Son originarios de los siglos I y II y muestran con claridad a un guerrero cazando un venado, a cuatro jóvenes peleando con un toro salvaje y a un gladiador descansando en estado de fatiga que mira a su oponente ya muerto. Los mosaicos decoraban las paredes de una piscina de agua fría en unas termas dentro de una casa romana en Wadi Lebda en Lepcis Magna. El mosaico del gladiador está considerado por los expertos como una de las muestras más finas de mosaicos representativos jamás vistos, comparable en calidad al mosaico de Alejandro Magno en Pompeya. Los mosaicos fueron descubiertos en el 2000, pero se mantuvo secreto el descubrimiento para evitar que fueran saqueados. [1]
http://es.wikipedia.org/wiki/Leptis_Magna
http://normpowers.smugmug.com/Travel/Libya/15871712_Mt9kdt/1194306772_fpeum
http://www.theatlantic.com/infocus/2013/05/over-libyas-coast/100523/
http://www.livius.org/vi-vr/villa/villa_dar_bur_ammera_gladiators.html
El régimen del déspota libio presenta varias similitudes con el imperio de Lucio Septimio Severo, que nació y gobernó en el país árabe
MAYTE CARRASCO ENVIADA ESPECIAL 18/04/2011 07:00
Las ruinas de Leptis Magna se atisban a lo lejos, tras el arco de la Victoria y bajo un cielo limpio salpicado de nubes bajas. De fondo se oye el sonido de los cazas de la OTAN, sobrevolando Misurata, a 90 kilómetros. El azul del mar Mediterráneo baña la llamada Roma de África, de incalculable valor histórico y ahora desierta de turistas. Es la villa natal del Gadafi romano, Lucio Septimio Severo, el único emperador (193-211) romano nacido en Libia, conocido por su carácter dictatorial y al que se le reconocía por esa túnica similar a la que viste el coronel en sus excéntricas apariciones.
Las similitudes entre los dos líderes libios son sorprendentes. El emperador ejecutó a docenas de senadores bajo acusaciones de corrupción y conspiración, creó un círculo de fieles y su propia guardia personal. Llegó al poder tras participar en una rebelión y fundó una dinastía que perpetuaron sus hijos, Caracalla y Geta. El objetivo de Muamar Gadafi es asegurar la sucesión con su hijo Saif al Islam.
"La caída del Imperio romano y un fuerte terremoto acabaron con la historia de Leptis Magna", explica el guía turístico. La pregunta contemporánea es cómo y cuándo se derrumbará el imperio de Gadafi y sus acólitos, atrincherados en Bab al Aziziya, el complejo residencial del líder libio en Trípoli. "Es cuestión de tiempo, el régimen se colapsará desde dentro. Cada vez son menos los apoyos, se nota en el ambiente", asegura Muhamed, que estudió en el extranjero, pero que es ahora camarero en un restaurante.
La vida cotidiana se ha deteriorado para los ciudadanos bajo control del régimen, aunque todavía no han llegado a un punto extremo de ahogo. Las colas en las gasolineras son la única señal de que algo empieza a faltar. En el oeste del país, de Zuara a Misurata, los libios esperan durante horas para conseguir combustible. La única refinería bajo control de Gadafi no produce lo suficiente para el consumo de los habitantes de la zona en la que el verde es un color omnipresente; los controles de las milicias crean atascos en las carreteras y las fotos del dictador forman parte del paisaje en edificios de viviendas, chapas en las solapas, decoración en los coches.
Cada vez son menos los seguidores que salen a la calle en las concentraciones de Bab al Aziziya o en las apariciones del líder. "La gente está asustada. Empieza a acumular en casa dinero en metálico por si cierran los bancos", dice Jalal, un vendedor de recuerdos, "aunque no confiamos en los del Este, siempre hemos sido muy diferentes". Es una opinión generalizada en Trípoli, donde no se fían del Consejo Nacional Libio, el autoproclamado Gobierno rebelde en Bengasi. En la opinión de todos ellos influye la propaganda del régimen, que señalan a Al Qaeda como responsable de la revolución. También desconfían de los extranjeros que bombardean la capital.
Listos para atacar
Un empleado del régimen sufrió un ataque en su casa, donde destrozaron los muebles, señal de una pequeña venganza que hace presagiar malos tiempos para los que están cerca del poder. "Todo está listo para salir a la calle. Sólo nos faltan armas, pero estamos listos para cuando llegue el momento", asegura un opositor tripolitano que no quiere dar su nombre. Imposible saber cuántos son los que apoyan a Gadafi o cuántos le odian, dado el férreo control que ejerce el régimen sobre la prensa extranjera que no puede moverse con libertad.
En un cartel a la entrada de un hotel pueden verse fotografías de las "víctimas de los cruzados bárbaros". Lenguaje ancestral utilizado en el siglo XXI por el régimen y que encuentra también similitudes con Septimio Severo, que tuvo que defender en sus últimos años de reinado las fronteras de los ataques de los bárbaros, que ponían en peligro la integridad territorial del Imperio.
¿Acabará el régimen dictatorial de Muamar Gadafi como el del emperador romano? Según los historiadores, Lucio Septimio Severo fue amado por el pueblo hasta el final de sus días.
http://www.publico.es/internacional/371781/gadafi-el-ultimo-emperador-romano
http://www.artehistoria.jcyl.es/civilizaciones/lugares/200.htm
http://www.livius.org/le-lh/lepcis_magna/arch_severus2.html
http://blog.destinia.com/leptis-magana
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Leptis Magna, o Lepcis Magna, fue una ciudad importante de la república de Cartago, y posteriormente, del Imperio romano. Sus ruinas están ubicadas cerca de Trípoli en Libia. Han sido declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, en el año 1982.
Historia
La ciudad fue fundada por colonos fenicios alrededor del 1100 a. C., aunque no alcanzó importancia hasta que Cartago se convirtiera en una potencia del Mar Mediterráneo en el siglo IX a. C. Siguió siendo parte de Cartago hasta el final de la Tercera Guerra Púnica en el 146 a. C., y se convirtió en parte de la República romana, aunque ya desde el 200 a. C. se consideraba como una ciudad independiente.
Siguió perteneciendo a Roma hasta el reinado del emperador Tiberio, cuando Lepcis Magna y el área vecina se incorporaron formalmente al imperio como la provincia romana de África. En poco tiempo se convirtió en una de las ciudades líderes del África romana y en un centro comercial importante.
Lepcis Magna llegó a su apogeo a principios de 193 con el ascenso al trono imperial de Lucio Septimio Severo, quien era oriundo de la ciudad. Como emperador romano la tuvo como su favorita entre todas las ciudades provinciales, ya que con todas las construcciones y riquezas con que dotó a la ciudad, hizo de ella una de las más importantes ciudades de África, llegando a ser rival incluso de Cartago y Alejandría. En el 205, él y su familia visitaron la ciudad y fueron recibidos con grandes honores.
Durante la crisis del siglo III, cuando el comercio entró en declive, la importancia de Lepcis también sufrió y ya para mediados del siglo IV, gran parte de la ciudad había sido abandonada. Durante el reinado de Teodosio I gozó de un pequeño renacimiento.
En el 439, Lepcis Magna y las demás ciudades de Tripolitania cayeron bajo el dominio de los vándalos cuando su rey Genserico conquistó Cartago a los romanos y la hizo su ciudad. Por desgracia, el rey mandó a destruir las murallas de la ciudad para disuadir al pueblo de rebelarse contra el dominio vándalo. El resultado fue que en el año 523, un grupo de bereberes saqueó la ciudad causando daños a los vándalos y a la población.
Belisario reconquistó Lepcis Magna en nombre del Imperio bizantino diez años más tarde y en el 534 destruyó el reino de los vándalos. Lepcis pasó a ser capital provincial del Imperio bizantino, pero nunca se recuperó de la destrucción causada por los bereberes. Ya para la conquista árabe de Tripolitania en los 650, la ciudad había sido abandonada salvo por una guarnición bizantina.
Hoy día, las ruinas de Lepcis Magna son de las más impresionantes del período romano.
Nuevos descubrimientos
En junio de 2005 se hizo público que los arqueólogos de la Universidad de Hamburgo que trabajaban en la costa de Libia, habían descubierto cinco mosaicos con un total de casi 30 pies de largo. Son originarios de los siglos I y II y muestran con claridad a un guerrero cazando un venado, a cuatro jóvenes peleando con un toro salvaje y a un gladiador descansando en estado de fatiga que mira a su oponente ya muerto. Los mosaicos decoraban las paredes de una piscina de agua fría en unas termas dentro de una casa romana en Wadi Lebda en Lepcis Magna. El mosaico del gladiador está considerado por los expertos como una de las muestras más finas de mosaicos representativos jamás vistos, comparable en calidad al mosaico de Alejandro Magno en Pompeya. Los mosaicos fueron descubiertos en el 2000, pero se mantuvo secreto el descubrimiento para evitar que fueran saqueados. [1]
http://es.wikipedia.org/wiki/Leptis_Magna
http://normpowers.smugmug.com/Travel/Libya/15871712_Mt9kdt/1194306772_fpeum
http://www.theatlantic.com/infocus/2013/05/over-libyas-coast/100523/
http://www.livius.org/vi-vr/villa/villa_dar_bur_ammera_gladiators.html
PUNTUACIÓN FINAL:Al que lo sabe apreciar seria para el un 8,9 y para quien no un 6